Estábamos en clase de tipografía, algo callado el salón y muy poco usual estar tranquilos todos nosotros, el sonido de los lapices arañar las hojas y..
-no puedo más, escuché entre murmullos.
-Qué sucede? pregunté, en voz baja.
-No puedo evitar pensar en él, me tiene loca, por más que trato no puedo sacarlo de mi cabeza, me decía al mismo tiempo que jugaba con ese lapicero a punto de acabarse.
Tenía la mirada perdida, tan perdida como un globo en el cielo,
-Ya lo sabía, dije rápido, sonriendo y en un tono medio sarcástico.
-¿Qué puedo hacer?, siguió, alzando la voz, y haciendo que el salón completo fijara su mirada rápidamente sobre ella.
-Sonreí nuevamente con la mirada en mi hoja y mi compás, soltando entre dientes un "Nada", tan firme que hasta ella entendió el mensaje.
Es duro saber que no tienes nada que hacer..
ResponderEliminarAunque tu entrada parece más bien lo contrario, como que ya se ha acabado esperar y va a conseguirlo, espero que así sea :)